Que es el mercado sexual FEATURED IMAGE Hombre Natural

¿Qué es el Mercado Sexual? Explicación a DETALLE

Gran parte del problema de los hombres que no consiguen pareja ni ligar ni, mucho menos, tener sexo, se debe a que simplemente desconocen cómo funcionan las dinámicas sociales del Mercado Sexual.

¿Signfica que los hombres a los que les va bien saben cómo funcionan?

¿Saben exactamente lo que hacen para obtener resultados?

No necesariamente.

Esto es similar a un videojuego.

No necesitas conocer las reglas del juego para empezar a jugarlo, practicar un poco y ganar, porque en el camino vas viendo qué te funciona y qué no.

Sin embargo, no todos consiguen alcanzar un alto nivel por naturaleza.

Más aún, en la actualidad, donde cada vez se está haciendo más difícil el siquiera obtener mínimos resultados.

Por lo que, si tu deseo es volverte un experto, vas a tener que sí o sí consultar el manual y entender cada una de las mecánicas del juego, independientemente del nivel de experiencia que poseas.

Esta es la razón de este artículo.  

Entender qué es, por qué existe y en qué consiste el Mercado Sexual es el primer paso para poder mejorar tus resultados con el sexo opuesto en el menor tiempo posible.

Así que muy atento a todo lo que voy a explicar.

¿Qué es el Mercado Sexual?

El mercado sexual se refiere a la dinámica social en donde las personas buscan obtener u ofrecer beneficios sexuales por beneficios de igual valor sexual o de otro tipo de valor.

Te doy unos ejemplos:

En este caso, la persona está intercambiando un beneficio sexual por uno monetario.

En este caso, la persona está intercambiando un beneficio sexual por un beneficio psicológico.

Como mencioné, el intercambio de valor no se limita exclusivamente a beneficios de valor sexual, sino también a otros tipos de valor, como el monetario o psicológico.

Sin embargo, es importante aclarar que, cuando se utiliza el término de “mercado sexual”, se sobreentiende que la transacción implica el intercambio de beneficios sexuales por, al menos, una de las partes involucradas.

De no ser así, estaríamos hablando de otro tipo de mercado y no del “mercado sexual”, el cual es el que buscamos comprender (no es lo mismo que el mercado social ni de citas ni de amor en general).

Ahora, lo que a ti te interesa saber es cómo dominar este mercado.

Es decir, ¿cómo podemos ser el agente más competitivo? 

Para lograrlo, debemos entender a profundidad el comportamiento de sus participantes. 

De modo que, antes de empezar a hablar sobre la oferta, demanda o qué roles cumplen los hombres y mujeres en este mercado, primero hay que saber por qué existe este mercado, qué es “aquello” que buscan las personas en él y cómo deciden si negocian o no. 

Vamos a cambiar el enfoque hacia uno más psicológico y evolutivo, así que presta mucha atención. 

Origen del Mercado Sexual

El mercado sexual, como cualquier otro mercado económico, surge del comportamiento natural del ser humano, el cual consiste en adaptarse a su entorno por medio de la satisfaccción de sus deseos y necesidades.

¿A qué me refiero con esto?

Te explico brevemente.

Adaptación por Recompensa y Aversión

Nuestro comportamiento es producto de un mecanismo de adaptación que todos poseemos, el cual es mejor conocido como Sistema de Recompensa y Aversión.

Lo que hace este mecanismo para ayudar a adaptarnos es moldear nuestro comportamiento por medio de la recompensa o castigo a través de las sensaciones de Placer y Displacer.

Primero, los estímulos sensoriales o cognitivos nos provocan la sensación de placer o malestar en sí (o la idea de un potencial placer o malestar).

Luego, el contexto bajo el cual se percibe esta sensación da origen a la necesidad o deseo que se buscará satisfacer.

Este deseo o necesidad es lo que se derivará en el impulso o la acción para satisfacerlos.

Finalmente, dependiendo del resultado de la acción, es decir, si al realizarla se logró satisfacer el deseo o necesidad obteniendo el placer o alivio buscado, moldeamos nuestro comportamiento para repetir o evitar dicha acción, completando de esta forma el ciclo de adaptación.

Déjame darte unos ejemplos.

Uno de ellos sería el tema de la alimentación.

Este ejemplo es bastante lógico y sencillo de entender.

Veamos uno similar, pero más complejo.

Como puedes observar, diferentes deseos o necesidades pueden derivarse en la misma acción.

Y, de igual forma, una sola necesidad o deseo puede derivarse en varias acciones diferentes.

¿Te imaginas si no pudiésemos sentir placer o dolor en nuestra vida? 

Probablemente ni nos moveríamos, no habría motivo de nada. 

Este mecanismo es el que nos impulsa a hacer todo lo que hacemos en nuestro día a día.

Estudiar, comer, trabajar e, incluso, tener sexo.

Mercado Económico del Placer Sexual

Toda acción que realizamos, directa o indirectamente, tiene la finalidad de cubrir una necesidad (aliviar o evitar un malestar) o satisfacer un deseo (obtener o mantener placer).

Medimos nuestras acciones con relación al costo que tendría nuestro esfuerzo en términos de durabilidad (tiempo), intensidad (malestar) y de oportunidad (lo que dejamos de hacer por hacer otra cosa).

Esto, en contraste con el beneficio determinado por la durablidad e intensidad del placer o alivio que obtendríamos, siempre apuntando a maximizarlo.

En esencia, los seres humanos, por naturaleza, somos economizadores del placer y el displacer.

¿Y qué tiene que ver esto con los mercados económicos?

Resulta que los mercados económicos nacen en el momento en que las acciones para cubrir aquellas necesidades y deseos, requieren de una interacción social.

Dada la naturaleza de tener sexo, el cual es un acto social en sí, es que tiene su origen el Mercado Sexual. 

Por esa razón es que podemos (y debemos) analizar el Mercado Sexual como cualquier otro mercado de bienes y servicios, con la excepción de que aquí no solo se toma en cuenta el costo o beneficio como un esfuerzo o ganancia exclusivamente de valor monetario.

El costo versus el beneficio se lo ve desde el punto de vista más elemental posible para nuestra humanidad, el cual es el de placer versus displacer, sensaciones que dan origen a cualquier tipo de percepción de valor que tengamos.

A fin de cuentas, tener sexo es simplemente una acción que nos deriva hacia una sensación de alivio o placer (muy elevada, por cierto).

Por lo tanto, posee valor y puede ser negociado para obtener diferentes beneficios de similar valor en un mercado económico.

Conclusión

Sabemos ahora que las personas participan en un mercado económico para satisfacer sus deseos y necesidades con el único fin de obtener una sensación de placer o alivio.

Y también sabemos que el mercado sexual funciona, en esencia, igual que cualquier otro mercado económico existente.

Ahora, debido a que se trata del mercado sexual, se entiende que las personas buscan alivio o placer a través de la acción de tener sexo, ya sea de forma directa o indirecta.

De modo que la siguiente incógnita por resolver es:

¿Cuáles son las necesidades y deseos que se derivan en la acción de tener sexo?

Entender con precisión las diferentes razones de por qué una persona decide tener sexo con otra, es lo que nos permitirá saber el tipo beneficio que estas buscan y por el cual están dispuestas a pagar con beneficios de valor sexual.

Así, nuestro único trabajo sería el ofrecer beneficios del tipo de valor que aquellas personas buscan.

Bastante simple, ¿cierto?

No exactamente.

Te lo explico más a detalle en el post de Necesidades y Deseos del Mercado Sexual.

No olvides dejarme tu comentario con cualquier duda que tengas.

Bibliografía

Burns, Thomas. “A Structural Theory of Social Exchange”Acta Sociologica 16, no. 3 (July 1973) (en inglés): 188–208. doi:10.1177/000169937301600303.

Menger, C. (2007). Principles of economics (J. Dingwall & B. F. Hoselitz, Trans.). Auburn, AL: Ludwig von Mises Institute. ISBN: 978-1-933550-12-1

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Von Mises, L. (1949). Human action: A treatise on economics. New Haven, CT: Yale University Press.

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